El compromiso de Colombia frente al cambio climático ha sido uno de los más ambiciosos del mundo. En el 2015 Colombia se comprometió a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un 20% al 2030 y en el año 2021 actualizó el compromiso a 51%. Esto genera cambios importantes en las dinámicas económicas del país y en la manera como financiamos y gestionamos proyectos. Uno de los sectores que más se ve impactado por esta dinámica es el sector energía, especialmente en las actividades relacionadas con energías renovables, las cuales en el proceso de generación disminuyen drásticamente estas emisiones en comparación con el uso de combustibles fósiles.

Actualmente Colombia genera su energía a partir de hidroeléctricas en un 70% y el otro 30% por medio de carbón o petróleo (termoeléctricas). Un pequeño porcentaje se realiza a través de energías renovables no convencionales como la solar y eólica. Sin embargo, la proyección es que solo en los próximos 4 años, el porcentaje de energía solar represente el 28% de la generación, y la eólica un 9%. Lo anterior, se apalanca principalmente por la disminución en los costos de las tecnologías, los beneficios tributarios y normatividad generada en los últimos 10 años, y las opciones de financiamiento para estos sistemas.

Hoy prácticamente se pueden instalar sistemas solares en cualquier tipo de edificación y generar ahorros muy atractivos para los usuarios finales. Si el usuario no cuenta con los recursos, existen opciones para arrendar el sistema, financiarlo o utilizar modelos donde un tercero paga por el sistema, lo instala al usuario final y le vende la energía que genera. El inversionista tiene un retorno atractivo y el usuario final compra energía más económica.

Más allá de los beneficios y oportunidades, las energías renovables tienen unos retos relevantes a vencer a lo largo de su cadena. Se necesitan expertos para la instalación y manejo de las tecnologías, asistencia y acompañamiento en la operación de los sistemas, procesos de transporte seguros bajo condiciones que no afecten los equipos, y una condición muy relevante para dar continuidad a los proyectos, la cultura y conocimiento.

Es común encontrarse con potenciales clientes que desconocen los beneficios, no comprenden la complejidad de los conceptos técnicos y adicionalmente, desconfían o no tienen una garantía de los ahorros que se les están prometiendo. “De eso tan bueno, no dan tanto”.

Desde SURA entendimos este reto a través de conversaciones con inversionistas, desarrolladores, bancos y aliados importantes como Bancóldex, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) e Icontec.

A partir de estas conversaciones creamos el seguro de Eficiencia Energética y Generación de Energía. A partir de esta solución, aseguramos la promesa de ahorro de energía que realiza un experto ante su cliente final. Este ahorro que aseguramos puede generarse por un proyecto solar, eólico, de biomasa, iluminación eficiente, y en general, cualquier proyecto que genere un ahorro de energía.

Nuestro seguro permite generar confianza entre las partes y de esta manera, hacer que las cosas pasen.

Encuentra más información del seguro en nuestra página web o contacta tu asesor de seguros.

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